jueves, 19 de marzo de 2009

Respuestas a quienes cultivan la tierra


La agricultura para la alimentación en nuestro país, ha sufrido las consecuencias de una doble asimetría en los últimos 20 años. Por un parte, se le quitó el apoyo a nivel nacional, cuando se creyó que nuestro mundo debería girar alrededor de empresas multinacionales y de la venta de nuestras tierras más valiosas a extranjeros. En ese marco, ha habido subsidios y exoneraciones para la inversión extranjera, pero no para nuestros agricultores. A esa asimetría, se suma la generada por los subsidios a la agricultura de los países desarrollados, lo que incrementó la oferta mundial y deprimió los precios para nuestra agricultura.

Los grandes productores disponen de capital, maquinaria y recursos para invertir en la preparación de terrenos, y en la reconversión de sus actividades hacia la producción de alimentos. Los pequeños y medianos propietarios no disfrutan de esas condiciones y ante el desprecio y el olvido a que han estado sometidos desde que se iniciaron los Programas de Ajuste Estructural, no van a estar dispuestos a asumir una vez más el riesgo de reactivar sus fincas.

Por ello urge un programa de apoyo para los pequeños y medianos agricultores, muchos de los cuales han abandonado sus tierras o las tienen subutilizadas después de 20 años de políticas neoliberales.

Este programa debe contemplar:

PRIMERO, crédito subsidiado, tanto para operación como para inversiones de capital. Para ello es necesario agilizar todo lo posible Banca de Desarrollo. Persuadir al agricultor para que nuevamente tome riesgos e invierta en renovación de tierras y en maquinaria, casas de trabajadores, etc.; no será fácil.

Por ello, es necesario, en SEGUNDO lugar, garantizarle facilidades de acopio, precios y mercado, por un número determinado de años. Dichosamente, aún existe el CNP con la normativa legal que le permitiría ofrecer esas garantías.

TERCERO, las otras instituciones del sector deben fortalecerse para brindar asistencia técnica y semillas mejoradas.

CUARTO, se debe agilizar dramáticamente la inscripción de agroquímicos genéricos para que los agricultores tengan acceso a insumos más baratos y de buena calidad.

QUINTO, las instituciones del Estado especializadas en la promoción de exportaciones deben reorientarse para ayudar casi de manera exclusiva a los pequeños y medianos productores.

SEXTO, debe crearse o fortalecerse el seguro de cosechas. Las instituciones aseguradoras (tanto el INS, como las que llegaran al amparo de la nueva legislación), no deberían tener problemas para entrar en este mercado con primas razonables, en vista de las expectativas de mediano plazo de precios elevados en los alimentos.

SEPTIMO, es necesario adecuar la Ley de Bienes Inmuebles, -Ley Nº 7509- para incentivar la permanencia del verdadero agricultor, evitando que para propósitos impositivos, se vea afectado por usos lucrativos de la tierra vecina (turismo, condominios, comercio, etc.)

Es necesario que los pequeños y medianos tengan garantía de que venderán sus cosechas a precios superiores a los costos, por un período relativamente largo (al menos 15 años). Creemos en el PAC que debe procederse a crear un Contrato de Producción Alimentaria (CPA), que contemple el compromiso del Estado a adquirir un máximo de un 80% de la producción de cada agricultor correspondiente a un área predeterminada, a un precio que supere los costos unitarios de producción y que varíe de acuerdo a cómo evolucionen esos costos. Como contrapartida, el agricultor se comprometería a utilizar técnicas modernas de producción y a jornadas laborales no inferiores a 8 horas diarias.

El Gobierno tiene en el CNP y su Ley Orgánica, el instrumento jurídico (artículos 3, 5 -incisos n-, 29 -inciso p- y 47) y la vocación institucional para poner en práctica este urgente programa.

Existe una alta probabilidad de que el Estado no tenga que hacer ninguna erogación. Pareciera que las condiciones del mercado de alimentos, se caracterizarán por escasez y altos precios en las próximas décadas. Pero debe procederse con este programa de garantías aun si fuese necesario presupuestar recursos, para compensar la asimetría con que se ha tratado a este sector en los últimos 25 años, en comparación con el tratamiento tributario e institucional otorgado -quizá correctamente- a las grandes corporaciones dedicadas a la exportación y al turismo.

No se deberían tener pudores ideológicos para impulsar el programa aquí propuesto, en el tanto a actividades donde prevalecen grandes empresas, en su mayoría extranjeras, se les ha otorgado ese tipo de garantías a un costo muy elevado para las finanzas públicas.

A manera de ejemplo, recordemos que por medio de los CATs se garantizó un 15% de precio adicional a los exportadores que vendían productos no tradicionales a Estados Unidos, y un 20% a los que vendían a Europa. Asimismo, en los contratos de cogeneración se garantizaba a los cogeneradores privados mercado para su producción total y la tarifa más elevada de acuerdo a los costos de producción del ICE. De igual manera, la Ley de Concesiones garantiza mercado, estipulándole a los concesionarios de, por ejemplo carreteras, un número mínimo de vehículos, circulen o no circulen por la vía correspondiente.

En todo caso todos los estigmas contra la intervención del Estado para rescatar y recuperar sectores específicos hoy yacen en el cementerio de los dogmas, cuando en Estados Unidos, con la economía de mercado por excelencia, el mercado se hace a un lado cuando se trata de evitar que sus sectores estratégicos desaparezcan (ej el mismo agro, la industria textil y de acero, a lo largo de su historia, hoy el sector financiero y el de fabricación de vehículos). El agro es estratégico para Costa Rica pues genera el 14% del empleo y es casi el último pilar de la democracia económica que explica tantas de nuestras virtudes históricas.

Estos antecedentes eliminan cualquier excusa para el programa de garantías de mercado y precio que debería ejecutarse por el CNP.

Financiar a universitari@s


Hoy en el país debe eliminarse todo los gastos superfluos o de importancia secundaria pero la educación debe fortalecerse precisamente como un acicate para vencer la crisis.

El mejoramiento de la calidad de la educación pública costarricense (preescolar, primaria, secundaria, superior, técnica) constituye la principal herramienta de desarrollo.

En primer lugar, porque atiende a un 92% de la juventud y la niñez costarricenses. Un sistema educativo público de alta calidad dota a los sectores de menores ingresos -que sólo tienen acceso a este sistema- de oportunidades efectivas de ascenso social.

En segundo lugar, porque la calidad de la educación define la productividad de la mano de obra, lo cual, a su vez es, juega un papel crucial en la competitividad internacional y el crecimiento de nuestra economía.

En tercer lugar, porque la calidad de la educación influye críticamente en la capacidad del país para el avance tecnológico y la innovación, lo cual es también fundamental para la competitividad y el crecimiento económico.

Finalmente, la educación es importante porque la materialización de activos esenciales para elevar la calidad de vida; tales como la protección del ambiente, la higiene, el tratamiento de los desechos sólidos, la seguridad ciudadana, el cumplimiento de los deberes ciudadanos, el respeto a las leyes y la normas de convivencia social; tiene más posibilidades entre más elevado sea el nivel educativo de la población.

Las tareas necesarias para mejorar la calidad de la educación pública no deben esperar a que el país tenga un elevado nivel de ingreso. Por el contrario, la educación no es consecuencia sino causa del desarrollo. Por ello el monto a invertir en el sistema educativo y sus estándares de calidad deben adelantarse a la capacidad económica del país.

Por lo anterior sorprende que el Gobierno haya considerado reducir el presupuesto de las universidades públicas como herramienta para enfrentar la crisis económica. Precisamente por la importancia que tiene el sistema educativo público para el desarrollo es uno de los sectores que deben privilegiarse en la crisis en lugar de subordinarse a las sumas y restas fiscales. En una finca ganadera la calidad del pasto es esencial para su rentabilidad. En una crisis puede posponerse la pintura del portón de entrada pero en pastos más bien debe aumentarse la inversión con el fin de incrementar la productividad y superar la crisis. Hoy en el país debe eliminarse todo los gastos superfluos o de importancia secundaria pero la educación debe fortalecerse precisamente como un acicate para vencer la crisis.

miércoles, 4 de marzo de 2009

El Diálogo Necesario Venciendo la Crisis y Construyendo el Futuro

Costa Rica y el mundo transitan por un momento difícil y también incierto, a consecuencia de la actual crisis económica. En este momento de nuestra historia, es urgente que estemos unidos como país para concertar y construir las propuestas que mitiguen los efectos de la crisis. Para ello se necesita voluntad política, capacidad para escuchar y los diálogos que sean necesarios entre los diversos actores políticos y sociales.

Con el afán de aunar voluntades y de avanzar hacia la consolidación de una unidad nacional ante estas extraordinarias circunstancias, presenté la propuesta El Diálogo necesario: Venciendo la crisis y construyendo el futuro. Se trata de una serie de propuestas que contribuirían a generar esa ruta de entendimiento para mitigar esta crisis. Pero además, intentan ser medidas complementarias al Plan Escudo presentado por el Gobierno días atrás. El objetivo principal es la protección del empleo, sostener la producción nacional, atender a las familias que se verán más afectadas por los problemas económicos, cuidar la balanza de pagos y aprovechar la crisis para resurgir a un nivel superior de desarrollo

Algunas de estas propuestas han sido presentadas en otros momentos por el PAC. Otras, en cambio, son nuevas y atienden las sugerencias de ciudadanos costarricenses que se desempeñan en diversos sectores.

Las propuestas parten de la urgencia de establecer diálogos para llegar a los acuerdos necesarios, con el fin de poner en práctica acciones concertadas, con el objetivo de proteger a las y los costarricenses. Además, se concentran en la lógica de atender las necesidades urgentes con una visión de futuro, de manera que después de vencer la crisis estemos en mejores condiciones competitivas y sociales, que antes de ella.

A continuación presento algunas recomendaciones respetuosas para mejorar las posibilidades del Plan Escudo, y sugerencias sobre los temas que deben impulsarse a partir de diálogos y acuerdos entre los sectores involucrados

Austeridad del Sector Público

  1. Disminuir gastos de importancia secundaria y eliminar gastos superfluos. Compromiso multipartidista para no gastar más del 40% de la contribución del Estado a la campaña política

Inversión Pública: atendiendo lo urgente, preparándonos para el futuro

  1. Dedicar la mitad del crédito del BID por $850 millones, para iniciar un programa de 15 años que eleve la calidad de la educación pública.
  2. Dedicar otra mitad a carreteras, ferrocarriles y $80 millones a JAPDEVA, para que mejore sus servicios portuarios.
  3. Acelerar créditos e inversión para ciencia y tecnología.
  4. Acelerar al máximo inversiones del ICE en hidroelectricidad, energía eólica y geotermia.
  5. Reorientar recursos de la construcción del edificio de la Asamblea Legislativa, para construir 5 mil aulas.
  6. Reorientar recursos de la construcción del edificio de la Casa Presidencial, para construir 5 mil viviendas de interés social.
Protección del Empleo y la Producción

Recuperación del agro:

  1. Regular precios de insumos.
  2. Eliminar impuestos de importación a insumos no producidos en el país.
  3. Aprobar Ley de Seguro de Cosechas.
  4. Implementar Ley Banca de Desarrollo (esta está en ejecución, pero enfrenta trabas importantes por falta de una regulación diferenciada que debe emitir CONASSIF).
  5. Reorientar las funciones de Procomer y Comex para ayudar a exportadores agrícolas individuales y asociados.
  6. Crear Contrato Producción Alimentaria con el fin de garantizar precios razonables y mercados, por un período de 15 años, a agricultores pequeños y medianos.
  7. Abastecer hospitales, cárceles, escuelas y colegios con producción nacional por medio del CNP

Medidas varias:
  1. Reducción del 10% al impuesto de la renta, a las empresas que mantengan la planilla en el período de crisis (o su equivalente: 3 puntos porcentuales del monto a pagar).
  2. Desarrollar un programa de emergencia en coordinación con los sectores productivos y los funcionarios públicos para simplificar y acelerar trámites.
  3. Hacer una campaña para que los costarricenses compren productos nacionales.
  4. Hacer una campaña para informar sobre los hoteles y facilidades turísticas, propiedad de pequeñas y medianas empresas.
  5. Solicitar al INA invertir el superávit en capacitación para emprendedores y microempresarios.

Medidas financieras:
  1. Disminuir del 10% al 8% la suficiencia patrimonial, para que los bancos puedan destinar más recursos hacia la producción.
  2. Congelar el aumento de las cuotas sobre préstamos bancarios para producción y vivienda, por el período de la crisis.
  3. Permitir a las Cooperativas de Ahorro y Crédito endeudarse con terceros.
  4. Readecuar deudas sin desmejorar calificación de cartera por parte de CONASSIF.
  5. Profundizar las actividades de supervisión prudencial.

Medidas sectoriales:
  1. Acelerar la concesión del nuevo complejo muellero en el Caribe.
  2. Trato focalizado a productores nacionales en mayores problemas: textileras, meloneros, plataneros, chayoteros, exportadores de flores y follajes, camaroneros, aceiteros.
  3. Fomentar la creación de industria nacional de reciclado de desechos, por medio de microempresas.
  4. Acciones claras para PYMES: crédito, compras públicas (Ley PYMES)

Protección de la Balanza de Pagos
  1. Elevar los impuestos a las importaciones de artículos de consumo suntuario.
  2. Limitar el crédito para consumo y solicitar a los bancos que hagan arreglos de pago con los existentes.

Protección al Consumidor y las Familias
  1. Pago inmediato de todos los salarios atrasados al Magisterio Nacional.
  2. Fiscalización de los precios de la canasta básica actualizada.
  3. Utilizar la legislación vigente para corregir prácticas comerciales contrarias a los principios de la protección al consumidor, en intermediación de productos de la canasta básica.
  4. Acordar un manual de buenas prácticas de protección al consumidor con los empresarios.

Recomendaciones para el éxito del Plan Escudo
  1. Establecer responsables directos sobre la ejecución de sus propuestas y rendir cuentas.
  2. Definir mecanismos de monitoreo, seguimiento y evaluación externa: (¿Estado de La Nación?, ¿Observatorio del Desarrollo?).
  3. Llevar los programas asistenciales a las poblaciones que verdaderamente lo necesitan, sin recurrir al clientelismo.

Diálogo

Iniciar de inmediato un diálogo entre gobierno, trabajadores (sindicalizados, solidaristas, no organizados), empresarios y patronos (cámaras, asociaciones, individuales) para concertar las siguientes acciones anticrisis:
  • Plan de simplificación de trámites.
  • Medidas para evitar los despidos.
  • Tregua precios y salarios.
  • Manual de buenas prácticas comerciales (no monopólicas ni oligopólicas).
  • Modernización de muelles de JAPDEVA y concesión del nuevo complejo muellero.
Es hora de conjuntar las diversas propuestas para buscar sinergias. Para ello, es urgente la convocatoria a una mesa de análisis y concertación con todos los actores, que de manera responsable y patriótica aportan ideas, conocimiento y empeño, por superar este difícil transe económico y social. Bienvenidos todos sus aportes y comentarios.